Somos asesinos silenciosos,
cómplices complacientes,
escondidos en hashtag ingeniosos
y perfiles relucientes.
Normalizamos la violencia,
disculpando vulgaridades,
prefiriendo la prudencia
ante obscenidades.
Escudados en no entrometerse
en lo que no es de su incumbencia,
vemos personas perderse
en nuestra presencia,
a la sombra de nuestra informada indiferencia.
a la sombra de nuestra informada indiferencia.